viernes, 5 de noviembre de 2010

¿Cómo puedo controlar mis emociones?

¿Cómo puedo controlar mis emociones?
 
Las emociones ejercen una enorme influencia en nuestra manera de pensar y actuar, al grado de convertirse en motor de nuestra conducta, sea buena o mala, y de llegar incluso a abrumarnos. “Pocas veces creo que doy la talla —afirma Jacob, de 20 años—. Por lo general, me parece que me quedo corto, y en ocasiones me echo a llorar, o me enojo tanto que me desquito con quienes tengo al lado. Me cuesta una barbaridad controlar lo que siento.”
No obstante, el proceso de madurar, de hacernos adultos responsables, implica aprender a refrenar las emociones. Hasta hay especialistas que consideran la capacidad de controlarse —así como la de tratar con la gente— más útil que la propia inteligencia. Ahora bien, ¿por qué resulta tan complicado lograr este objetivo?

Más problemático en la juventud

Aunque controlar los sentimientos es difícil para personas de toda edad y situación, suele serlo aún más para ti, que vas en camino a convertirte en adulto. Así lo reconoce Ruth Bell en su libro Cuerpos en cambio, vidas en cambio: “La mayoría de los adolescentes experimentan una mezcla de emociones a la vez, emociones bellas, locas y atemorizantes. Son muchas las personas que al mismo tiempo tienen sentimientos opuestos respecto a algo. [...] En un momento sientes de una forma y al momento siguiente ya sientes de forma opuesta”.
La juventud y la inexperiencia van de la mano. Por eso, cuando afrontas un desafío o una situación desconocida, es natural que te sientas algo inseguro e incluso confundido.

La clave para dominar las emociones

Para no perder las riendas es esencial dominar los pensamientos, ya que el pesimismo puede dejarnos sin energías para hacer nada. Pero ¿cómo se aprende a adoptar una actitud optimista que te ayude a controlar los sentimientos?
Primero, niégate a darle vueltas a cualquier cuestión que te deprima o agrave tu inseguridad. Debemos centrarnos solo en las cosas que sean “de seria consideración” y “justas”, adoptando ideas positivas y dejando de lado las negativas. No es fácil, pero con empeño es posible.
Examinemos lo que dijo en cierta ocasión una joven llamada Jasmine: “Estoy agobiadísima con todo: el nuevo trabajo, las nuevas responsabilidades... Tengo los nervios destrozados y me cuesta hasta respirar”. Como vemos, no es de extrañar que cualquier adolescente se vea así en algún momento, y que por ello se sienta inseguro de sí mismo.
Es posible que dudes de ti  cuando tengas que realizar una tarea nueva o que no conozcas bien. Tal vez pienses: “nunca lo voy a conseguir”. Pero lo logras. Preguntando si tienes dudas y  las ideas negativas las desechas.
Para no perder las riendas emocionales es esencial dominar los pensamientos
Cuanta más habilidad adquieras, menos vacilaciones tendrás. No te obsesiones con tus deficiencias ni permitas que te paralicen y te disuadan de esforzarte por mejorar. Crecerá la confianza en ti mismo si reconoces tus puntos fuertes y débiles.
Otro paso útil es fijarte metas alcanzables y aceptar tus limitaciones. No seas un juez implacable al compararte con los demás.

Como aplacar la ira

Otro desafío es apaciguarnos si nos invade la ira. Muchos jóvenes se dejan arrastrar por la furia y adoptan actitudes dañinas —e incluso destructivas— tanto al hablar como al actuar. Es normal sentirse enojado a veces. Es cuestión de disciplina mental. Cuando alguien te incomode, trata de entender la razón por la que actúa así. ¿Será porque pretende lastimarte, o porque es impulsivo y no se da cuenta? Si eres tolerante con los demás, podrás conservar la calma.
En el caso de que tengas motivos para estar enfadado ¿qué puedes hacer? Si es preciso, habla con quien te haya ofendido pero lo mejor tal vez sea pasarlo por alto, sosegarte y continuar con tu vida normal.

Otras medidas prácticas

Un popular libro de gimnasia dice: “Un sinfín de estudios han demostrado que la forma de mover el cuerpo influye en el estado de ánimo a través de la bioquímica. Los niveles de hormonas y oxígeno cambian de acuerdo con el tipo de movimiento”. Sin lugar a dudas, es beneficioso mantener el cuerpo activo. ¿Por qué no te fijas un programa equilibrado para realizarlo? Seguramente te sentirás mejor. También te será útil seguir una dieta sana.
 “los espectáculos violentos [...] fomentan sentimientos de ira y agresividad. [...] Los participantes [en un estudio] que vieron películas violentas tuvieron más ideas agresivas y la tensión arterial les subió”
En último término, lo mejor para controlar las emociones es establecer una amistad estrecha con tu poder superior como tú lo concibas, quien nos invita a todos a orarle y expresarle nuestros sentimientos y emociones.
Del artículo ¿cómo puedo controlar mis emociones? del sitio Watchtower Society 
Syloh

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